Cinco puntos básicos que todo conductor debería tener en cuenta al volante para realizar viajes más eficientes, rápidos, cómodos y seguros.

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;1)  Arranque en frío:

El trato de los motores cuando están fríos determina su prosperidad a niveles muy altos. Un claro ejemplo es revolucionar un motor cuando este está frío, esto provoca un rozamiento excesivo, así como un desgaste muy considerable de las piezas mecánicas.

2)  Reposo del turbo

La mayoría de vehículos diésel equipan turbo. Un turbo es un eje con una turbina a cada lado. Aprovecha los gases de escape para presurizar el aire que entra al motor. Se obtiene una explosión mucho mayor. Destacar que esta pieza (muy costosa en caso de avería) va engrasada en aceite y alcanza temperaturas de hasta 1200º.

Por tanto, conviene que, después de estar al volante mucho tiempo o en cualquiera situación en la que el motor lleve trabajando un rato a su temperatura óptima, nunca detener el motor recién se ha parado. El aceite caliente que presente en el turbo produce carbonilla que terminará por obstruir los conductos. En su lugar dejaremos el motor a ralentí durante 3-5 minutos para que el aceite del turbo se vacíe. 

3) Depósito de gasolina

Un mal hábito es el de llevar el depósito siempre en reserva, cuando realmente el coste es el mismo. Apurar un depósito de carburante provoca el ensuciamiento y quizás obstrucción del filtro. Cualquier automóvil ha pasado por este momento alguna vez. Es recomendable utilizar combustibles aditivados que garantizan la limpieza y correcto funcionamiento de la mecánica.

4) Vehículos con suspensión neumática:

Un buen consejo al volante y que se desconoce es que, si tu vehículo consta de suspensión neumática, esta no ha de superar el 60% de la altura regulable a la hora de aparcar.

Un consejo es no dejar la suspensión a su máximo de altura durante periodos prolongados de tiempo. Provocará la rotura de las cámaras de aire por su alta presión.

5) Conducir con el embrague pisado:

Hay muchas personas que conducen al volante por autovía o carretera convencional con el pie izquierdo en el embrague, aunque sin pisarlo.

Este mal hábito provoca que el poco peso ejercido por la puntera en el pedal causa un desgaste excesivo del disco de embrague. Aunque el conductor vea que el embrague no está siendo accionado.

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